Después de todo este tiempo
siguiendo el blog de Margal Agronomía, no tenemos ninguna duda de que estáis
completamente informados de los avances, novedades y conocimientos del cuidado
del campo, la ingeniería agrónoma y las nuevas tecnologías aplicadas a la
agricultura. Pero en Margal tenemos también un hueco para los menos
experimentados, y por eso hoy queremos recordar algunos de los conocimientos
básicos que siempre es interesante remarcar.
El suelo como alimento. Cuidar
el suelo, prepararlo, y protegerlo. Esta es una máxima en agronomía, dado que
evidentemente, las plantas se alimentan de los macro y micronutrientes
disponibles en el suelo. Nuestro objetivo será planificar la nutrición del
suelo a largo plazo, mediante aportes de materia orgánica (restos de cultivos,
restos de poda, abonos verdes, compost,), rotación de cultivos, para crear una
despensa de la que las plantas poco a poco puedan ir alimentándose.
Así, debemos entender que no debemos alimentar las plantas, sino el
suelo, ya que será éste el que pondrá a disposición de las plantas los
nutrientes necesarios para su desarrollo.
Mantener suelta la tierra. El aire
es un elemento vital para la vida del suelo. Las raíces necesitan aire por lo
que la tierra no debe ser revuelta profundamente. La siembra directa y el
cultivolaboreo son los más recomendados.
Cuando utilizamos maquinaria, debemos hacerlo con mucho cuidado para
evitar la compactación del terreno, para permitir el paso de oxígeno a las
raíces de las plantas.
Proteger la superficie porosa. Esta
protección se hace mediante Mulch, como se denomina a la cobertura de
malezas, o por una siembra de cultivo de cobertura. Las cubiertas vegetales
minimizan los daños de las gotas de agua sobre el terreno y sus raices
disminuyen la escorrentía del terreno y las pérdidas de suero por erosión.
Fomentar la
biodiversidad de cultivos. Esto evitará la aparición de plagas o enfermedades. Además, se recomienda
la rotación. Debemos pensar que el monocultivo es propenso a contraer virus y
enfermedades.
Y finalmente, proteger los cultivos del viento. Para este cometido es adecuado sembrar setos
y árboles que cubran nuestro suelo de cultivo, y además permitirán alojarse a
algunos insectos beneficiosos.
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