A través de algunos medios digitales, se esta extendiendo una alarma social ante la posibilidad de que algunas empresas puedan patentar semillas. Este problema se acentúa ya que el propósito de las mismas es llegar a un acuerdo con la Unión Europeas para acusar al resto de empresas y agricultores que usan estas semillas de una falta sobre el derecho de propiedad intelectual contra la empresa patentadora.
Uno de los argumentos que defienden estas empresas es que es la forma de mantener y fomentar la innovación, sin embargo existe el problema que con el canon que se haría pagar a los agricultores al elegir estas semillas, el coste se aumentaría y muchos de ellos no podrían optar por realizar estos cultivos.
Por suerte, para el interés de los ciudadanos y los agricultores, para que se apruebe una patente es necesaria la aprobación por parte de todos los componentes que forman la Unión Europea. Como se ha expresado en el Parlamento Europeo, estas patentes ponen en peligro la comida cultivada a través de métodos convencionales, que desde Margal Agronomía, esperamos que no se pierda.
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