Solo podría pasar aquí, y efectivamente, así ocurre. Dándole vueltas al consumo y producción
ecológica, los datos lanzan un dato revelador en cuanto a la tendencia y
hábitos de los españoles. España se ha destapado como el segundo país europeo
productor de productos ecológicos, pero en cambio, es uno de los que menos los
consume: el 62% de la población no los consume.
¿La razón? Puede
ser por desconocimiento o porque simplemente no los encuentran con facilidad.
El productor ecológico rara vez lo es por cuestiones
económicas; si lo que se quiere es ganar dinero, lo mejor es tener cuatro
cosechas al año, por eso se trata de personas con un perfil similar: bastante
conciencia en Medio Ambiente, amor por la tierra y una filosofía de cómo debe
ser el mundo aplicada a la alimentación.
Pero más allá de los datos y las causas de tan disparatada
estadística, debemos entender por fin, en qué consiste el concepto ecológico, y
qué es realmente el “bio”.
¿Qué es un producto “Bio” o “Eco”?
Eco. Son los productos elaborados a partir de materias
primas que provienen al menos en un 95% de agricultura ecológica. Su método de
cultivo no consiente el empleo de productos químicos como pesticidas,
herbicidas y/o abonos químicos. El suelo sólo puede estar fertilizado mediante
sustancias naturales. En el caso del ganado, el número de cabezas por
superficie esta limitado y su alimentación debe ser también bio.
Bio. Debe mencionar claramente en el paquete en el que se
presente “agricultura ecológica” y el nombre del organismo de la Comunidad Autónoma
que lo ha certificado. Las palabras Biológico y Ecológico significan lo mismo.
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